jueves, marzo 29, 2007

La gracia de Buckley.


Lots of time I feel like I don't belong to this place.”

Jeff Buckley

Creo que Jeff Buckley nunca vislumbró las implicancias premonitorias de dicha frase, aunque sí logró asentar una suerte de declaración que caracterizaría su música plagada de melancolía y de sufrimiento. Quizás ese sufrimiento que plasmó en sus letras le servía de catarsis, o como una senda para encontrar su propia felicidad, que le fue esquiva desde un momento primigenio (su padre, un talentoso músico no reconocido -Tim Buckley- murió de una sobredosis cuando Jeff tenía tan sólo 8 años).

Cómo la sangre pesa, y este caso no fue la excepción, Jeff creció en un ambiente henchido de música. Usual es encontrar entre sus influencias, grupos tales como Led Zeppelín, Bob Dylan, The Smiths, Elton John, Leonard Cohen y Robert Johnson. Así fue como de pequeño, junto a su inseparable y fiel compañera -su guitarra Fender Telecaster- comenzaría a engullir clásicas piezas musicales, y se transformaría en todo un gourmet musical. En cuanto a sus primeras incursiones como artista, no por ser hijo de Tim Buckley las cosas fueron sencillas. En un comienzo la industria musical le fue esquiva. Fue en un concierto en memoria a su padre, donde se dio a conocer realmente el poderío de un joven que en apariencia se veía endeble, pero tenía una voz sobrecogedora y extremadamente similar a la de su padre. Es así como termina contratado en 1992 por Columbia Records, la misma casa disquera que acogía a figuras de la talla de Bob Dylan, uno de sus ídolos de juventud.

Es así, como en 1994, luego de un gran esfuerzo dio a luz a “Grace”, cuyos padres productores fueron: Jeff Buckley & Andy Wallace (el mismo que trabajó con Nirvana en el álbum multi platino “Nevermind”). “Grace” contenía además 3 covers: “Liliac Wine”, basada en la versión de Nina Simone, "Corpus Christi Carol", una composición de Benjamín Britt basada en un himno del siglo XV, y finalmente “Hallelujah” de Leonard Cohen, en mi opinión, una de sus mejores y más sentidas interpretaciones.

Se lanza a gira con su grupo, y en el "Peyote Radio Theatre Tour" tenía asistentes y fans tan ilustres como Chris Cornell (en ese tiempo, cantante de “Soundgarden”) y The Edge (guitarra de U2).

Jeff logró abrirse paso promisoriamente en un mercado difícil, en el que primaba un género - El Grunge- y logró saltar las vallas y establecer un sonido único y una voz privilegiada. Es así, como entre sus fans se encuentran: uno de sus ídolos de infancia, Jimmy Page, quien señalo que “Grace” de Jeff estaba cerca de ser su álbum favorito de la década; Robert Plant también dio elogios a la obra de Jeff; Bob Dylan dijo que Jeff era uno de los grandes compositores de la década del 90; Lou Reed manifestó serio interés de trabajar con él, luego de haberlo visto en vivo; y los fans siguen, con figuras como Paul McCartney, Thom Yorke, Chris Cornell, Neil Peart, U2 y Elton John.

Sus letras a menudo hablaban de un dolor insanable. Sufría -según confesó a sus seres queridos la noche antes de morir- de desorden bipolar. Su voz estaba impregnada de desconsuelo y tristeza, y sus letras lo manifestaban (“Forget Her” y “Last Goodbye”, entre otras). Quizás sea pertinente citar a Dostoievski quien solía decir “El hombre debe ganar su felicidad mediante el sufrimiento, es la ley de la tierra”.

Un ominoso día de mayo de 1997, a la edad de 30 años, Jeff sufre un accidente (aparentemente se ahoga en la afluente del río Mississippi) y se apaga su vida. Quizás, finalmente encontró esa reconciliación espiritual que buscaba, quizás su padre lo estaba llamando.

Abajo pueden ver Hallelujah en vivo. Muy recomendado.

Colaboración especial de Pepe Grillo. http://supermacanudo.blogspot.com


1 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

No sé si la mayor inspiración para un artista sea la que tiene raíz en la tristeza, pero dentro del "repertorio de motivaciones" sin duda es de las más fuertes. No tiene por que ser una "tristeza puntual". Según lo que desprendo de tu artículo, buckley tenía una tristeza más bien "existencial". Una vida dura, con muchas dificultades. Creo que cuando uno ha vivido pasando obstaculos tiene una visión más formada y sincera de la realidad. Puedes tomar las cosas con un tacto mucho más amplio que quién a tenido un pasar más bien ligero y finalmente reflejar eso en los hechos, y en este caso en la música. Pasa eso con Buckley, y no sé en realidad si es la regla general. Al escucharlo tocar y cantar uno ya sabe que no hay una "simple interpretación", sino que está sintiendo lo que está dando a escuchar, y sin duda eso se aprecia. Es sinceridad.

12:00 a. m.  

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