sábado, mayo 05, 2007

Velvet Revolver - Un asunto por resolver


En serio, el gran problema de Velvet Revolver es su público. Su público y el querer darles en el gusto. Tal cual: el público les juega en contra. Una audiencia que lo es y no lo es a la vez. Un poco sí, y un poco no. Que no termina de decidirse entre escuchar a Velvet o satisfacer su propia nostalgia por quienes alguna vez fueron en otros grupos.

La gran mayoría de los que escuchan a Velvet y que los van a ver en vivo no escuchan tanto a Velvet, sino que escuchan a Slash, a Duff y a Matt. Escuchan a los Guns y van a ver a los Guns. Otros por su lado escucharán e irán a ver a Weiland, tratando de recordar a los STP, y otro grupito irá a ver a los Guns tocando con el vocalista de STP. Los menos, van por el grupo en sí. Así es, y así lo pudimos comprobar en su reciente paso por Chile. No tengo idea de si es así en todos lados (muy probablemente sí) pero aquí lo es definitivamente. Finalmente a ojos del pueblo el pobre Dave Kushner las hace de puente entre los Guns y Weiland, lo que es bastante injusto.

Esa es mi explicación a lo que sucedió el concierto del 10 de abril y que se reflejo en las críticas que se hicieron: que el público no logró prenderse, que el espectáculo cumplió discretamente, que no se logran sacar a los Guns de encima, etc. En conclusión, el público “no se comprometió”, como escribió Rockaxis, pero la culpa no es solamente de VR. Es una “responsabilidad compartida”.

La gran mayoría del público fue esperando escuchar covers y memorabilia de las antiguas agrupaciones sin conocer más canciones de Velvet que Slither y Fall to Pieces y estaba bastante perdido con el material propio de la maquina de rock que tenían delante. No eran todos, habían también varios fanáticos incondicionales que corearon todas las canciones del disco debut (Contraband) y agradecieron la presentación en sociedad de canciones por venir en el próximo LP (Libertad), pero eran (éramos) los menos. Claramente así la química no funciona, por que tienes un público casi dividido, que dio como resultado esta extraña cuestión de que una gran mayoría de los presentes enloqueció con los covers y estuvo medio perdido con lo propio del grupo que a fin de cuentas se supone fueron a ver. Por otro lado, quienes fuimos con ganas de escuchar la música de Velvet (muy bueno, en serio, denle una oportunidad a Contraband) nos quedamos contentos, y bastante satisfechos, con un espectáculo de rock a otro nivel, pero también con la sensación de que pudo haber sido más, con menos covers y más de lo suyo. Aquí es donde Velvet comete su gran error, y es que por dar el gusto a este público viudo de Guns y nostalgico de STP le quita mérito y espacio a su propio trabajo, y finalmente deja con ganas de más a sus reales seguidores.


Puede que hayan pensado que visto así toda la culpa es de VR, por que después de todo ellos arman soberanamente su set list y nadie los obliga a tocar covers y seguir echando mano al pasado, pero aun así, hay demasiado poco interés de los fanáticos de Guns y STP por dejarse llevar por este nuevo conjunto y escuchar su propuesta sin prejuicios. Jamás se debe desechar lo nuevo por ser desconocido.

A Velvet Revolver aun le falta imponerse. Mientras el público siga estando revuelto entre quienes fueron y quienes son nunca van a tener el crédito que se merecen artísticamente y en sus presentaciones en vivo, más allá del éxito comercial. Más que tratar de dar a todos en el gusto debiera atacar con su material y abrir los ojos y oídos de su clientela.